miércoles, 29 de abril de 2009

Poema de Beatríz Martinelli - Foto Liliana Muente

Fotografía Liliana Muente

NO ME PREGUNTES


no me preguntes
no quieras saber
estoy deshaciendo una mujer
para hacer otra
que no tenga memoria
ni registre la duda

no me preguntes
es una tarea muy enojosa

©Beatríz Martinelli

domingo, 26 de abril de 2009

Poema de Elisabet Cincotta - Foto Emanuel Ginestet


SOY AQUELLA

Soy aquella
que rompió las escrituras,
acomodó los tiempos a los tuyos,

la que entró sin cautela a tu vida
y sembró de pétalos la estancia.

Soy la que vio amaneceres
en un lecho,
veló sueños de despedida.

Soy aquella.
La otra.
La viajera
que llegó tarde
y se fue temprano
de tu vida.

© Elisabet Cincotta

sábado, 18 de abril de 2009

Poema de Edna Pozzi



La casa con ruedas

Porque en definitiva lo que todos buscamos es “el aleph”, ese sitio de reunión de todos los puntos, de todas las direcciones posibles, esa zona de unión entre el pasado y el impredecible futuro, esa iluminación que nos ama y su vez nos despoja, esa comprensión de que en nosotros se opera una síntesis o esa mirada que a su vez nos desnuda y nos viste, ese paisaje que contiene todos los paisajes, la montaña y el mar, los llanos y los ariscos pedregales. Ese “aleph” que es la pérdida y la total ganancia y donde las palabras llegan desnudas a su dura patria inmóvil. Recién nacidas llegan.
Porque todos somos espíritus errantes, pero algunos llegan a ese lugar, a esa casa, a esa región adonde alguien o algo nos mira con amor y con piedad. Puede ser una persona o una piedra, un ángel , una estrella, puede ser a la vez todas esas cosas juntas , puede ser un niño , puede ser un corazón en ruinas, puede ser la muerte pero también puede ser el fugaz paso de Dios, la cercanía del conocimiento. Porque nos hemos detenido en nosotros mismos y paleamos todos los días una montaña de basura y escupimos en las manos de los que dicen amarnos y no nos atrevemos a nombrar el amor y mucho menos la libertad, porque son en nosotros la parodia de lo que no quisimos perder y vendimos al mejor postor. Viajeros grises de los mercados, sacudiendo al amanecer las cenizas viejas del tabaco o del tedio. Porque ejercimos la seducción de la palabra y después abandonamos al otro en mitad del charco de sangre, repartimos soledad y desesperanza, miedo y cobardía. Porque fuimos más claros pero a su vez más crueles, más enteros pero a su vez más frágiles, más habitados pero a su vez más desesperadamente solos. Y porque debe haber algún sitio que se ilumine al atardecer, yo le he puesto ruedas a mi casa. No sé si encontraré el “aleph”, pero por menos lo buscaré. No sé si decidiré que algún día puedo cambiarlo por un pequeño amor inmóvil, mísero y lastimado, la aceptación resignada de que toda redención viene en parcelas menguadas y frágiles y que el dolor será mi copiloto. Pero yo le he puesto ruedas a mi casa. Sigo el impulso más antiguo del mundo. Vivir es navegar. Todo movimiento es acechanza pero también misterio y promesa. Y nadie me busca. Yo busco. La casa de desplaza y todo lo que soy y lo que tengo se desplaza con ella. Algo. Alguien, en algún lugar, espera. Tengo que llegar con mi casa entera, como una rama encendida. Por eso le he puesto ruedas. En esta cercana Navidad del 2008, donde está naciendo Aquel que se llamará nuestra Justicia. Un rato antes de perderme en la niebla.

© Edna Pozzi

jueves, 16 de abril de 2009

Poema de Jorge Estrella


LA TRISTEZA

Sólo por curiosidad

a veces me quedo espiando

lo que hace la tristeza

cuando cree estar sola.

Fuma algún cigarrillo

desnuda frente al fuego

y, tranquila, se sienta,

con las piernas cruzadas.

Tararea canciones muy antiguas,

se castiga un poquito

con recuerdos nostálgicos

y clausura todas las sonrisas.

Si se duerme, ronca apenas

y luego se despierta
para contarse historias.

No aguanto mucho estar así,

mirándola en silencio,

me siento junto a ella

y la abrazo mansamente.

Es entonces que exhala

un pequeño suspiro

y aprovecha el momento

para invadirme todo.

©Jorge Estrella

Poema de Norma Padra



En la lúdica noche

la lluvia se extiende
y
abriga el silencio de tu voz.
Sin saber que veo,

miro el corredor sombrío
sin puertas.
Alguien enciende una luz y apareces,
huésped de luciérnagas!

©Norma Padra

miércoles, 15 de abril de 2009

Poema de Víctor Hugo Tissera

El violinista de Miguel Ruibal

PARIENDO SOLEDADES


Sólo la soledad
puede tocar el útero de la noche.
Es el momento en que gime el universo,
y se abren los muslos de jóvenes estrellas
pujando resplandores.
Detrás de cada brillo
se congregan los Elfos del abismo,
en un designio de oráculos y signos.
Toda la constelación
traza compases de conjuros
por angélicos jinetes,
mientras las sombras
lloran lágrimas que caen
sobre los muros vencidos de este mundo.
No obstante,
siento que puedo tocarle los ojos a la noche
y me conmuevo.
Comprendo que he sido un solitario
entronizado en el acíbar de mi mismo.
Pero hoy despierto después de la ceguera
con la resurrección del sol
entre mis manos,
y compruebo que existe tanta luz
aún desde las sombras,
que nos es humano vivir, pariendo soledades.

© VÍCTOR HUGO TISSERA

martes, 14 de abril de 2009

Poema de Aldo Novelli



ELLA A PESAR DE TODO


ella avanza

sin descanso ni sillas en el camino

ella va

atraviesa montes y llanuras

bajo soles incendiados y lunas heladas

y avanza

el poeta se detiene

afloja el ritmo

a veces se confunde

se sienta en la silla del poder

pero ella no transa

llega a la ciudad

camina por calles nocturnas

corre el último colectivo

mira la luna con una mujer ciega

habla con los mudos

juega con niños en el parque

ladra junto a un perro callejero

huele una rosa negra

y sigue

cruza las bocacalles sin mirar

la atropellan

la insultan

la quieren arrestar

pero ella sigue

entra en el alma de un suicida

y lo salva

sube a las alturas

habla con los dioses

y discute con satanás

entra al cuerpo de un menesteroso

y bebe vino barato

se emborracha

y se droga

con los muchachos en la plaza

incendia gomas en la ruta

reclama paz y pan

pan y rosas

verdad y justicia

enfrenta la usura

al poder de los totalitarios

a torturadores y genocidas

no quiere circo

ni hueso

ni vino agrio

ella no se arrodilla

no se vende

grita sueños y libertad

hace amigos sin tiempo

compañeros entrañables

reclama lo imposible

cambia el mundo

lo destruye

y crea

un mundo nuevo

ríe y llora como un niño

como un hombre libre

como un sueño realizable

y sigue adelante

persigue utopías cabalgando unicornios

navega los siete mares de la tempestad

sobrevive

y sigue sin tiempo

para pausas tramposas

para habladurías vulgares

entra a los barriadas marginales

a los barrios abandonados a la mala del diablo

se interpone entre dos contrincantes

y le disparan a la cabeza

pero ella: la poesía

no se inmuta

solo sigue

debe llegar al final

de un camino sin fin

debe llegar a destino

a la salvación de todo hombre y mujer

debe llegar al amor fundamental.


© aldo luis novelli