martes, 26 de febrero de 2008

Poema de Fabio Adalberto González


Ella


Ella no es el resultado
de doscientos años de investigación
Jamás leyó a Baudelaire ni Artaud
Ella no sabe que todos construimos
-de una u otra manera- una visión del cosmos
Se pasea sencilla, simple con su vagina
con sus dos senos, con sus dos brazos
Ella es hermosa por su mitología
anterior a su rostro de verano
le debo a sus mejillas más de una profesía
a sus sueños de oráculo cansado
a su origen cargado de fotos infantiles
a toda su maraña de transmisión oral incalculable
al rojo perfilar que la acaricia
los últimos minutos de la tarde
Porque jamás supo que el mundo fue partido
que hubo un muro
una revolución bolchevique
un petiso con boina de invierno embalsamado
un juego de pelotas
un Robespierre truncado
dos guerras mundiales
un Guernica y un Picasso
un Hernández tras barrotes
un Durruti apasionado
un Vallejo dolorido
un Roque de amor quemando
una América arrasada
un Cuauthémoc emplumado
Ella ignora la dinastía Ming
la baldosa partida que existe en los Balcanes
Ella cree en Dios sin saber bien por qué
Ella cree en mí sin saber bien por qué
Y yo creo en ella
y éste es el único milagro.



© Fabio Adalberto González
- Monte Grande - Buenos Aires - Argentina -

Poema de Rubén Vedovaldi


CUANDO ESCUCHO EL POEMA ME HAGO HOMBRE

cuando escucho el poema me hago hambre
cuando nombran al hombre,
cuando pienso en los hombres y mujeres,
me avergüenzo del hambre y me apiado de mí
porque es nombrar la sombra de Caín todavía
pero también la gesta de Moisés,
los ejemplo de Krishna, de Sidharta, del Cristo,
de Mahoma o Lao Tse;
es recordar a Herodes asesino de niños
a Batista, a Somosa, Hitler y Pinochet;
Trujillo, Milosevic, Bush o Franco
pero también a Sócrates para darnos a luz una vez más

cuando oigo el poema mi voz canta
por encima del gris y el fruto desigual
y señalo la venda en los ojos de la ciega
que inclina su balanza según el quien da más

no me olvido del ciego que se hizo poeta
y me acuerdo del sordo romántico alemán
teclas de sinfonía y furia heróica
y me acuerdo de Whitmann como un Adán nuevo
con sus hojas de hierba y su barba colosal

y me acuerdo de Safo
la exquisita poeta que amaba a las doncellas en la isla de Lesbos
y me acuerdo del Dante
poniendo en el infierno a la vista de todos
a los corruptos hombres de su tiempo y lugar

si camino descalzo mi poema
a mi lado caminan los sones de guillén de nicolás guillén
con mulatos y zambos, cobrizos y mestizos
a mi lado Isadora y alejandra
janis joplin que aulla, jimy hendris quemando su guitarra
y joan baez entre bombas en Viet-Nam

cuando digo poesía
me refiero a los hombres que nombran lo mejor que soñamos los hombres
mester de juglaría y rebeldía
esa voz de Orihuela, de nana, hambre y cebollas,
y otra voz candombera del río de la plata en que no hay
un carnaval de cholas y cholitos
un canto en las riveras de Arauco vibrador
un salmo que se doble para sembrar manáes del desierto
por recoger los copos de algodón entre esclavos
por talar esos montes al imperio del látigo el mensú
mariscar de canoas de humildes pescadores
cirujear de los pibes en la quema abismal

cuando siento poesía
siento a la que sostiene el peso de los hombres borrachos o drogados
y se gana la peste si la deja trotar
el policía fiolo que “controla” el negocio
y se lleva la parte del león
repartida entre bancas políticas y jueces
y dueños de la noche y ...no va más

cuando vengo poema sin pelos en la lengua
me piden que le quite algunas partes ásperas
la baranda a malaria del sudaca,
la nota disonante y no va más

cuando digo poema soy juanito laguna
soy rimbaud soy machado
soy sangre en la Bastilla y en Moncada
soy tupac, soy sandino, soy karl marx

cuando escribo el poema
no sé si pongo flor si pongo estrella o luna
si recuerdo los puños en alto la humareda
las pedradas más pobres de las luchas del pobre
no va más

digo... se están cansando las humildes palomas de Picasso
digo se están cansando de ser trapo de piso las sirvientas
se están cansando muchos de ser palo y limosna y calabozo
y no quiere más hostias ni estampitas
no más milagro trucho y siga el corso
no va más la palabra de arriba para abajo no va más ...
¿hace falta subir a la tarima, a pronunciarse hermano de Neruda o del Che?

una razón de pie un corazón que sume
un aire sin vallados y sin gases
y no carne de culpas y sábana alquilada y sueños rotos
y no pan de esperanzas para más adelante
fideo con gorgojos y plan alimentario compra votos
y siga la milonga no va más no va más

yo sé lo que no quiero cuando digo poesía y cunde el hambre


© Rubén Vedovaldi



Poema de Roque Dalton


DESNUDA


Amo tu desnudez

porque desnuda me bebes con los poros,

como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo


Tu desnudez derriba con su calor los limites,

me abre todas las puertas para que te adivine,

me toma de la mano como un niño perdido

que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas.


Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo

pasa a ser mi universo, el creo que me nutre;

la aromática lámpara que alzo estando ciego

cuando junto a las sombras los deseos me ladran.


Cuando te me desnudas con los ojos cerrados

cabes en una copa vecina de mi lengua,

cabes entre mis manos como el pan necesario,

cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra.


El día en que mueras te enterrare desnuda

para que limpio sea tu reparto en la tierra,

para poder besarte la piel en los caminos,

trenzarte en cada río los cabellos dispersos.


El día en que te mueras te enterrare desnuda,

como cuando naciste de nuevo entre mi piernas.


> ROQUE DALTON> del libro: El turno del ofendido

Poema de Osvaldo Rossi



Insensatez

Muero solo. Allá lejos,
mordiendo la distancia.

Nadie mira
a través de la muralla.
Es otro el país.
Son otras las palabras.
Y otro el silencio.

Soy la Atlántida.
El más desconocido,
el nunca descubierto.

El obstinado
que te espera todavía.

© Osvaldo Rossi