domingo, 27 de febrero de 2011

Poema de Gustavo Tisocco

-foto de Pedro Arellano-


Que mi calle
tenga tu nombre,
que claven en ella tus banderas,
los números de tu suerte,
la fronda de tus pinos.

Que todos los peatones
me hablen de ti,
que los perros aúllen tu presencia,
que duerman cobijados
los niños tristes
y que renazcan como enormes labradores.

Que denuncien en mi
tu posesión,
las cartas marcadas,
los designios de tu mano,
la gloria de ser casa entre tus barrotes.

Quiero que mi calle lleve tu nombre.


Gustavo Tisocco


Que el meu carrer
tinga el teu nom,
que hi claven les teues banderes,
els números de la teua sort,
la fronda dels teus pins.

Que tots els vianants
em parlen de tu,
que els gossos udolen la teua presència,
que dormen aixoplugats
els infants tristos
i que renasquen com enormes llauradors.

Que denuncien en mi
la teua possessió,
les cartes marcades,
els designis de la teua mà,
la glòria de ser casa al bell mig dels teus barrots.

Vull que el meu carrer porte el teu nom.



Gustavo Tisocco
Traducción al catalán Pere Bessó

sábado, 26 de febrero de 2011

Poema de Gonzalo Rojas



MATERIA DE TESTAMENTO

A mi padre, como corresponde, de Coquimbo a Lebu, todo el mar,
a mi madre la rotación de la Tierra,
al asma de Abraham Pizarro aunque no se me entienda un tren de humo,
a don Héctor el apellido May que le robaron,
a Débora su mujer el tercero día de las rosas,
a mis 5 hermanas la resurrección de las estrellas,
a Vallejo que no llega, la mesa puesta con un solo servicio,
a mi hermano Jacinto, el mejor de los conciertos,
al Torreón del Renegado donde no estoy nunca: Dios,
a mi infancia, ese potro colorado,
a la adolescencia, el abismo,
a Juan Rojas, un pez pescado en el remolino con su paciencia de santo,
a las mariposas los alerzales del sur,
a Hilda, l'amour fou, y ella está ahí durmiendo,
a Rodrigo Tomás mi primogénito el número áureo del coraje y el alumbramiento,
a Concepción un espejo roto,
a Gonzalo hijo el salto de la Poesía por encima de mi cabeza,
a Catalina y Valentina las bodas con hermosura y espero que me inviten,
a Valparaíso esa lágrima,
a mi Alonso de 12 años el nuevo automóvil siglo veintiuno listo para el vuelo,
a Santiago de Chile con sus 5 millones la mitología que le falta,
al año 73 la mierda,
al que calla y por lo visto otorga el Premio Nacional,
al exilio un par de zapatos sucios y un traje baleado,
a la nieve manchada con nuestra sangre otro Nüremberg,
a los desaparecidos la grandeza de haber sido hombres en el suplicio y haber muerto cantando,
al Lago Choshuenco la copa púrpura de sus aguas,
a las 300 a la vez, el riesgo,
a las adivinas, su esbeltez
a la calle 42 de New York City el paraíso,
a Wall Street un dólar cincuenta,
a la torrencialidad de estos días, nada,
a los vecinos con ese perro que no me deja dormir, ninguna cosa,
a los 200 mineros de El Orito a quienes enseñé a leer en el silabario de Heráclito, el encantamiento,
a Apollinaire la llave del infinito que le dejó Huidobro,
al surrealismo, él mismo,
a Buñuel el papel de rey que se sabía de memoria,
a la enumeración caótica el hastío,
a la Muerte un crucifijo grande de latón.


GONZALO ROJAS

domingo, 20 de febrero de 2011

Poema de Migdalia Mansilla



qué puedo hacer


mutilado de carne

mutilado de tiempo

mi pecho / vacío de ti

escucha a un corazón

que no acompasa latidos

-disonante-

se esfumó

detrás de la cordura


Migdalia Mansilla

sábado, 19 de febrero de 2011

Poema de Mario Alonso



ADIOS

Comienza la mañana,
el sol rehúsa calentar el valle,
un frío triste encamina hacia el invierno,
se me antoja mas azul este otoño.
Melancólico sumo el seso en la nostalgia,
asomo al precipicio de la vida
que pesada y dura se ha hecho larga.
Oculto de la luz que hiere la pupila,
paro frente al portal que vio tu ausencia.
Rebusco el tuyo entre los rostros cansados.
El champán vive aun en la cabeza,
ahoga el sentido tu perfume
que porfiado usurpa mi piel.
El azul profundo debajo del párpado
fastidia el recuerdo,
no consigo olvidarte.

MARIO A. ALONSO

jueves, 3 de febrero de 2011

Poema de André Chenet



En el corazón del grito

Espero la desescritura
el estallido de una palabra sobre la piedra
espero la panacea de las soledades
en una ceremonia de follajes
y de llamados de pájaros
espero la contaminación abrasante de las savias
la tierna crucifixión
donde los ojos se retornan
bajo la presión mortal del deseo.

Espero sublimes encantamientos
para ir delante de las alas del viento
me levantaré
contra los dolores profundos
que los hombres infligieron a las mujeres
desde épocas inmemoriales
espero la danza de la desesperanza
en medio de los tambores batientes de la tempestad
donde afluye la multitud de flores en cólera.

Ahora las violetas recubren mis ojos
y escupo rubíes de sangre en los pozos
espero un lenguaje encarnado
con los gestos de la luz
en los teatros de sombra de la desgracia
donde toda poesía se escribe en el corazón del grito.

André Chenet
Traducción del francés: Cristina Castello