Nada es absoluto
Nada es absoluto.
Ni el amor que te profeso.
Cada astilla que he perdido
golpeando a tu puerta inútilmente
talla brutal la tormenta y el naufragio.
Nada es eterno.
Ni el credo de caricias que esgrimía.
Ciego y omnipotente sol,
que pensando merecer las llamas,
lame las cenizas de su piel quemada.
Nada es tan fuerte
como para enderezar mi cuerpo,
iluminar mi sombra, o dar voz a mi palabra.
Ni con tanta piedad
como para dejar mi memoria blanca.
Nada es absoluto.
Ni la condena al insomnio,
a la locura y al fuego.
Ahueco mi pecho, quebrado y sin huesos
y me volteo para olvidar que he muerto.
Nada es absoluto.
Ni el amor que te profeso.
Cada astilla que he perdido
golpeando a tu puerta inútilmente
talla brutal la tormenta y el naufragio.
Nada es eterno.
Ni el credo de caricias que esgrimía.
Ciego y omnipotente sol,
que pensando merecer las llamas,
lame las cenizas de su piel quemada.
Nada es tan fuerte
como para enderezar mi cuerpo,
iluminar mi sombra, o dar voz a mi palabra.
Ni con tanta piedad
como para dejar mi memoria blanca.
Nada es absoluto.
Ni la condena al insomnio,
a la locura y al fuego.
Ahueco mi pecho, quebrado y sin huesos
y me volteo para olvidar que he muerto.
Gabriela Delgado
Lo que hay
Nada es absoluto
salvo la palabra
enciende las astillas
los perfumes la creencia
el desamparo
Nada es absoluto
excepto el alarido
que deja la ausencia.
diana poblet -
Nada es absoluto
salvo la palabra
enciende las astillas
los perfumes la creencia
el desamparo
Nada es absoluto
excepto el alarido
que deja la ausencia.
diana poblet -
3 comentarios:
Bellísimo encadenado de este poema que junta a dos amigas a las que quiero.
Un abrazo Gus.
Gracias Gabi por este poema que me ha sugerido y aún continúa sugiriendo.
abrazo,
d.
Alta poesía que se complementa a dos voces.
Publicar un comentario