Madre apareció anoche, sostuvo mi cabeza llena de interrogantes en su regazo, como lo hacía antes cuando era niña y adolescente y otras eran mis dudas.
Madre apareció y me miraba con esos ojos negros enormes de vicuña paciente, sentí ternura de su setiembre nacido y lloré de contento.
Me hizo caricias, las mismas que recibió mi niño cuando ella se marchaba a ese mundo sereno.
Madre apareció, me dio la luz de aguas celestes que mi vida requiere.
Estás conmigo Madre y me acoges en tu setiembre dormido.
Madre apareció y me miraba con esos ojos negros enormes de vicuña paciente, sentí ternura de su setiembre nacido y lloré de contento.
Me hizo caricias, las mismas que recibió mi niño cuando ella se marchaba a ese mundo sereno.
Madre apareció, me dio la luz de aguas celestes que mi vida requiere.
Estás conmigo Madre y me acoges en tu setiembre dormido.
© Julia del Prado
3 comentarios:
Hermoso recuerdo Juli, hermoso homenaje de septiembre.
Un abrazo grande,
d.
Amiga querida, qué agradable sorpresa, vine a tu blog A VER A QUIEN HABIAS COLOCADO, Y ME ENCUENTRO CON LO DE PATRICIA; BAJO Y ENCUENTRO ESA PROSA POÉTICA A MI MADRE, A LAS MADRES.
Gracias, este gesto tuyo tiene un enorme significado para mi, amiga.
Besotes de mi conmovido corazón, JULIA
Juli, mis disculpas por el posteo anterior, algún día sabré qué ocurrió con aquello.
abrazo grande,
d.
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