al maestro Carlos Fuentealba
fusilado por la policía neuquina
Una columna de gente avanza por la ruta 22
son cientos/ miles y se siguen sumando
van cantando/ lanzando consignas al viento
de a ratos bailan y ríen
ríen como si el cansancio fuera una bendición
son maestros/ profesores/ alfabetizadores/ alumnos
que van en pos de un mundo mejor
un mundo de hijos y padres con ansias de sabiduría
para crear un mundo nuevo de hombres y mujeres libres.
Esos maestros reclaman pan y libros
esos alumnos reclaman palabras y sueños
maestros y alumnos aprietan una tiza en la mano
y el cielo del desierto del sur
es un inmenso pizarrón de esperanzas aladas.
Entonces aparecen los esclavos del poder
con esos uniformes manchados de inagotable sangre
desde hace mucho tiempo/ desde hacen tantas muertes
y la orden del poder es: REPRIMIR
“repriman a esos hombres y mujeres
que muestran una luz en medio de la oscuridad/
y elijan a uno para escarmentarlos/
a uno que enseña en un barrio tomado por la necesidad
en una villa con hambre de conocimiento y sed de justicia/
elijan a uno y FUSÍLENLO por la espalda
a un metro de distancia
apúntenle directamente a la cabeza
destrocen esa cabeza que piensa y enseña
ahí adentro se esconde el mayor de los peligros
ahí adentro se esconde la LIBERTAD.”
©ALDO NOVELLI
1 comentario:
Aldo querido, hace tanto y abruma.
Tal vez hay dolores que nos acompañarán para siempre, así como tu poema. Esa curita que deja mal sabor pero allá, al fondo,la verdad que no tiene remedio pero que tampoco es triste porque el pueblo sabe que hay cosas que no deben olvidarse.
Con mi abrazo,
d.
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