Acá llueve con una congoja que parte las tejas y las vuelve de hojaldre chamuscado. Llueve con desgarro. Vaya a saber qué tendrá en ese pecho el cielo. Tanta agua torrencial sólo es posible en el amor y en la muerte. Yo, por mi parte, recuerdo todas las macetas y las plantas de mi infancia.
MÁXIMO BALLESTER
2 comentarios:
Y el olor a tierra mojada...
Por cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Me alucinó esa foto.
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