viernes, 13 de abril de 2012

Poema de Aníbal Sciorra



Aquellos fueron los días

Como siempre ocurre
llegó el momento de partir.
Te llevás en el equipaje
algunas mariposas muertas
entre las hojas de un libro
y las bolitas que dejaban caer
los eucaliptus.

En tus manos quedaron
la rugosidad del viejo árbol
y la humedad del pasto,
cuando en las mañanas,
seguías las rutas de las hormigas.
Me dejaste el trompo de lata,
las figuritas del Billiken.

Extrañaremos correr por el patio,
cuando se nos venían encima
las estrellas,
y aquellas meriendas de leche
con pan y manteca.

Te despido en el andén
de una estación
donde sopla mucho el viento
y vuelan los panaderos.

Y te alejás en el trencito de madera
que inventamos juntos una tarde
sobre el hule de la cocina.
No me quedo solo,
me acompaña la inocencia.

Aníbal Jorge Sciorra

3 comentarios:

diana poblet dijo...

KAníbal se ha ido y me dejó su afecto, su sentido se Ser Humano, su esencia de buen amigo, de compartir, de brindar y alegrarnos hasta en el infortunio.
No permitiré que esta tristeza por tu partida, me empañe el alma, seguro no lo aprobarías.

Anónimo dijo...

"que tenemos que hablar de muchas cosas, Kompañero del alma, Kompañero..."
Dado Ginestet

Marta Raquel Zabaleta dijo...

Este poema de otra partida lo describe por entero: incluso a través del Internet se lo podía sentir sincero, modesto, dulce, capaz y comprometido. Tuviste mucha suerte en tenerlo como amigo, Diana. Ojala lo recuerdes así siempre.Q.E.P.D.
Abrazos