Un nido de abrazos
1
Alboroto de gorriones contra la tarde gris de julio.
El hombre traza sus letras casi en la oscuridad. En quietud, afina
el oido. Desprendidos de los trinos, se escuchan los pasos de luz
de su compañera -ahora con alas plegadas- volviendo al nido.
2
Levantan la vista
ven al árbol dormitorio
florecido en pájaros de la noche.
No caen a pétalos.
Sólo se acompañan en soledad
de hoja en hoja.
Ella se pregunta
porque no hacen nido.
Mirando al cielo vedado
por hojas y pájaros.
Se abrazan.
Y hacen del abrazo,
un nido.
© Eduardo Francisco Coiro
1 comentario:
Eduardo, ya te he comentado este poema con perfume a nido,a certeza sin explicaciones.
Bellísimamente anudado.
Y es cierto, nada se compara a un abrazo,
d.
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