Diciembre y 2008-
Regreso de un año sordo, adonde la gente ya no se escucha.Son una crónica de voces repitentes, hoy que necesitamos saber que el otro está ahí. Ya no se escucha.Si hubiese un oficio de escuchador, tal vez la gente volvería asentarse bajo la parra con esa nostalgia triste heredada de otras Navidades y hablaría con sus hijos, con los parroquianos, con el pueblo y como decían, hablando la gente se entiende. Eso sería antes, porque ahora ya no sucede ese realismo mágico.Ahora hay una predisposición a la sordera. Cada uno a su celular, a su mp3, a su CD, a sus mensajitos de texto, a su vida. Estamos tan comunicados que es imposible escucharnos, no hay tiempo.
Es por eso que esta Navidad he resuelto regalarme la voz de la gente, la del subte, la del colectivo, la de la plaza, la del indigente, la del pibe que vende medias, la del loco que sólo putea.Porque suenan lindo, suenan mejor que la filarmónica, suenan a certeza, a problema, a aumentó el pan, a ya no se pueden comprar morrones rojos, a contame qué estás leyendo. Suenan a gente común y silvestre. La necesaria para cambiar esta ciber Navidad y que ojalá, pudiese llegar a ser algo sin enchufes ni auriculares. Algo que nos amigue con nosotros y con los fabricantes de pelotudeces inimaginables creadas por un tipo que ni conocemos y que las inventa porque su soledad le impide regresar a su casa y como venganza trata de que tampoco logremos llegar a la nuestra. Hoy, que todavía podemos.Afuera con las sordinas, escuchemos una Navidad diferente desde nosotros mismos y con el afecto que reservo para todos,
© Diana Poblet
2 comentarios:
Eso escúchemosla, abrazos de Julia (Un año nuevo con sorpresas agradables para ti, ojalá)
Gracias Juli,ojalá también haya sorpresas, muchas y bellas para ti también. La mereces, nos las merecemos, claro que sí.
Un beso,
d.
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