jueves, 29 de enero de 2009

Poema de Daniela Piccione



Muerdo mis manos,
les chupo la sangre,
quiebro los huesos,
los astillo, los muelo...

- una vez enarbolamos
los pájaros ocultos-

Miro el esqueleto
de la tarde y la noche
agazapado en el espejo.

Que no queden rastros
de mis caricias
sobre su pecho rancio.


Daniela Piccione

1 comentario:

diana poblet dijo...

Porque

- una vez enarbolamos
los pájaros ocultos -

nos ha llegó este poema
con sabor a distancia.
Gracias Dana por dejar belleza.
abrazo,
d.