Muchachos
tan solo, tan lejos, tan sin ellos
buscando a ciegas un fusil para traerles un milagro
que harán los muchachos ahora, dónde duermen si duermen,
qué hacen sus manos queridas, qué acarician si acarician,
qué dolor estrangulan a solas sin ruido
que un hombre macho no debe llorar.
Argentina, te llevo oculta como un ladrón,
tus puntas me rompen la piel y me delatan,
quedate quieta, amor, nos miran, somos tus huerfanitos
entre la última curda y la revolución
disparando en tu honor estos cachos de muerte.
Hoy ando con una garúa feroz, cómo llovizna tu sangre,
llevo treinta nenes llorándome en el alma
todos juntos.
de "Sangral América", ©Julio Huasi
5 comentarios:
Qué decirte poeta ausente...tu palabra, me enmudeció. Es una palabra enorme que no muere.
Con afecto a tu recuerdo,
d.
Hermoso poema, 'entre la última curda y la revolución
disparando en tu honor estos cachos de muerte'. :)
Qué profundo dolor de ausencia...letras cargadas de rabia y negación de muerte..."qué acarician si acarician"... "son macanas que los hombres no lloran aquí lloramos todos" (Benedetti).
Muy cierto Lumpenpo, aquí lloramos todos, esa es la buena noticia.
El sentimiento, el codo a codo, aquello que nos salvará como pueblo y carece de fronteras, es un sentimiento.
De esos que hacen llorar sin mediar el género.
Los Hombres lloran y eso habla muy bien de ellos.
Un abrazo,
d.
Sin duda, uno de los más grandes, ignorado, por supuesto, por esta caterva de mediocres que pululan en los "grandes" medios; y ahí no es que no lo conozcan - me consta-: se hacen los tontos(o lo son). Gloria eterna a Julio Huasi, y que revienten los castrati. Ricardo San Esteban
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