LA FUENTE Y EL ALBA
¿En dónde estoy?
Alba de luz intensa, fuente de luz, quásar, nostalgia.
El silencio fluye a raudales
pero escucho voces del pasado reciente,
del ahora lejano.
Un golpe en el cerebro, en la memoria, en el límite,
un golpe artero
hizo que mi fuente se secara,
que mi alba se oscureciera.
¿En dónde estoy?
¿En dónde están mis manos sin tiza entre los dedos?
¿En qué alumnos se quedó mi futuro,
en qué reacción enloquecida culminó mi protesta?
Los vidrios rotos de mi anhelo
estallan contra el cosmos silencioso que me anida,
fuente de luz, alba de vida
fuente de oscuridad, alba de muerte.
Escucho voces que hablan y que dicen:
“Cortan la ruta por donde circula
la conciencia de los libres,
cortan la vida, el aire, la esperanza,
cortan, recortan, violan, atropellan,
eso es delito,
no la expresión desesperada de un reclamo.
Otro nombre tenemos para continuar la lucha.
se llama fuente, se llama alba,
se llama luz de luces restallando,
se llama tiempo de la justicia verdadera
para que los mártires tengan un sentido.”
Otra vez el silencio,
ruedan por el espacio meteoritos,
la luz de luces ilumina todo,
se abre una puerta,
sin siquiera moverme ingreso al aula,
me miran cientos de ojos muy abiertos,
el pizarrón espera que yo escriba:
“sigamos adelante”.
©Jorge Luis Estrella
8 comentarios:
Todo lo que podamos escribir sobre Carlos Fuentealba no alcanzará. Él, el Señor de las tizas, el que dio su última clase en plena ruta 22 ha logrado sobrevivir a la barbarie.
Bravo por Carlos Fuentealba: MAESTRO.
Bravo por Jorge Estrella que tampoco olvida.
Con mi abrazo,
d.
emociona...un abrazo, gabi
Gracias Gabi en nombre mío y de Jorge.
Un placer que hayas pasado por este café a compartir Memoria.
abrazo,
d.
Gracias, Diana, por publicar este homenaje y por ser tan reacia al olvido. Han matado muchas cosas pero a este maestro no lograron matarlo. Sigue enseñando.
Jorge Luis Estrella
Diana: perdóname, pero traté de leer este poema y me fue imposible.
Creo que porque no funciona - para mi, claro- el leer en azul con contraste negro.
Una pena, pero algo que se podria corregir.
Saludos afectuosos
Marta zabaleta.
Ahora he podido leerlo, y espero que este canto de esperanza siga fluyendo por siemrpe.
Marta Zabaleta.
Estimado Jorge: un buen juego de palabras con el nombre del maestro mártir y todo un texto para que el olvideo no cubra a la memoria. Felicitaciones.
MARITA RAGOZZA
El peor enemigo es el olvido y Jorge hace lo suyo, en forma excelente para impedirlo.
Porque las tizas vuelvan a ser blancas.
Un abrazo.
Mónica
(kereme kerosene)
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