
domingo, 27 de junio de 2010
domingo, 20 de junio de 2010
Poema de Gonzalo Rojas

CARBÓN
Veo un río veloz brillar como un cuchillo, partir
mi Lebu en dos mitades de fragancia, lo escucho,
lo huelo, lo acaricio, lo recorro en un beso de niño como entonces,
cuando el viento y la lluvia me mecían, lo siento
como una arteria más entre mis sienes y mi almohada.
Es él. Está lloviendo.
Es él. Mi padre viene mojado. Es un olor
a caballo mojado. Es Juan Antonio
Rojas sobre un caballo atravesando un río.
No hay novedad. La noche torrencial se derrumba
como mina inundada, y un rayo la estremece.
Madre, ya va a llegar: abramos el portón,
dame esa luz, yo quiero recibirlo
antes que mis hermanos. Déjame que le lleve un buen vaso de vino
para que se reponga, y me estreche en un beso,
y me clave las púas de su barba.
Ahí viene el hombre, ahí viene
embarrado, enrabiado contra la desventura, furioso
contra la explotación, muerto de hambre, allí viene
debajo de su poncho de Castilla.
Ah, minero inmortal, ésta es tu casa
de roble, que tú mismo construiste. Adelante:
te he venido a esperar, yo soy el séptimo
de tus hijos. No importa
que hayan pasado tantas estrellas por el cielo de estos años,
que hayamos enterrado a tu mujer en un terrible agosto,
porque tú y ella estáis multiplicados. No
importa que la noche nos haya sido negra
por igual a los dos.
—Pasa, no estés ahí
mirándome, sin verme, debajo de la lluvia.
Gonzalo Rojas
martes, 8 de junio de 2010
Poema de Nicolás Guillén

Verla partir
y amarla como nunca; seguirla con los ojos,
y ya sin ojos seguir
viéndola lejos, allá lejos,
...y aun seguirla más lejos todavía,
hecha de noche,
de mordedura, beso, insomnio,
veneno, éxtasis, convulsión, suspiro, sangre,
muerte...
Hecha de esa sustancia conocida
con que amasamos una estrella.
Nicolás Guillén
lunes, 7 de junio de 2010
Poema y foto de Mario Angel Alonso

VIENTOS DE OTOÑO
Arremete.
Da como miedo escucharlo.
Truenan las ramas de los álamos que porfían pero se doblan.
De pronto se ha ido.
Se oye hasta el suspiro de los amantes.
Una calma como de muerte cubre el valle.
Alguien tumba un árbol.
¿Sentirá miedo también?
Así como se ha ido regresa, sin avisos ni preámbulos.
Arremete.
Da como miedo escucharlo.
Truenan las ramas de los álamos que porfían pero se doblan.
Y de pronto se ha ido...
MARIO ANGEL ALONSO
jueves, 3 de junio de 2010
Haiku de Pere Bessó
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