miércoles, 15 de septiembre de 2010

Poema de Elena Cabrejas



MADRE INDIGENTE

"Mi primer recuerdo es mi madre comiendo de la basura"
(Nunca podré olvidarlo. Facundo Cabral




Saber que se es pequeño y diferente
comiendo en la vereda
...............sin mesa sin plato sin cucharas
sólo las manos sucias hundiéndose en las bolsas de basura
...............y cavar y hurgar y proseguir la búsqueda constante
de continuar husmeando hurgado cavando
hasta el frío dolor de las entrañas donde el hambre se instala
y fustiga y reclama e insistente sordamente obsecionadamente
como animal furioso cuando huye de su presa.
El olor nauseabundo sube en nubes espesas que golpean la cara
- Con el tiempo el olor nauseabundo ya se hace costumbre
se apiada de nosotros y nos deja vivir.-
Y mi madre nos mira con sus ojos tremendos de piedad y dulzura.

Sus ojos.
Cargados de impotencia de dolor y de agravio
quieren servirnos ahora un gran tazón de sopa
humeándonos la frente el corazón la sangre.
Quiere desde sus ojos calentarnos el alma con su lenguaje mudo.

.............Mientras todo se acalla en medio de la noche
ella enciende como una llamarada
su cansancio dantesco su amor y su ternura
y regresa a la zona del acecho
.....................buscando hurgando cavando.



ELENA CABREJAS - de su libro: TODAS LAS MADRES

4 comentarios:

diana poblet dijo...

Elena, infinitas cosas palabras sentimientos dolores, todo agolpado aquí, ante mis ojos y en mis ojos leyendo este duelo quieto que es la pobreza extrema y deja así.Deshabitado de alma.
Con este grito callado, esta tristeza inválida y permanente.
Qué espléndida es tu escritura Elena, tan cuidada y medida, tan justa y directa como un golpe en medio de la cara.
Yo no puedo decir que es bella pero sí. es bella tu forma de escribir, tu manera de alojarnos en ese mundo que existe, que es nuestro e ignoramos por comodidad.
Gracias por incomodarme, Elena Cabrejas. Gracias por incomodarme.
Con mi abrazo.
d.

Anónimo dijo...

Lindo post!
Un Abrazo

Anónimo dijo...

Lindo post!
Belo blog.
Abrazo

Gustavo Tisocco dijo...

Gracias Elena por tu grito siempre, que nos despierta.
Un abrazo gus.