Que no me nombre
que estoy cansada
de masticar sus manos
que corté sus orejas
para que no me advierta
que le arranqué los ojos
por renunciar a ellos
y disolví en la lluvia
promesas de esta piel.
Que no me nombre
que ya no puedo
acercarme a su boca
para no respirarlo
ni morderle
los labios febriles
ni devorar su lengua
porque temo olvidar
que olvidé.
© Silsh
1 comentario:
Me lo encontré atrás de un árbol Silsh, imagino que estarás azul porque ahora tu escritura es diferente pero a mí este poema me parece imprescindible.
abrazo,
d.
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