lunes, 28 de diciembre de 2009

Poema de Aníbal Sciorra



Aquellos fueron los días

Como siempre ocurre
llegó el momento de partir.
Te llevás en el equipaje
algunas mariposas muertas
entre las hojas de un libro
y las bolitas que dejaban caer
los eucaliptus.

En tus manos quedaron
la rugosidad del viejo árbol
y la humedad del pasto,
cuando en las mañanas,
seguías las rutas de las hormigas.
Me dejaste el trompo de lata,
las figuritas del Billiken.

Extrañaremos correr por el patio,
cuando se nos venían encima
las estrellas,
y aquellas meriendas de leche
con pan y manteca.

Te despido en el andén
de una estación
donde sopla mucho el viento
y vuelan los panaderos.

Y te alejás en el trencito de madera
que inventamos juntos una tarde
sobre el hule de la cocina.
No me quedo solo,
me acompaña la inocencia.

Aníbal Jorge Sciorra

1 comentario:

diana poblet dijo...

Aníbal, una ternura todo tu poema. Un recuerdo bellísimo y un enorme homenaje a esa bruma solitaria que es la infancia. Ese lugar extraño adonde fuimos dioses y piratas. Ángeles verdaderos que atrapaban mariposas y burbujas para poder seguir adelante ahora, de grandes con sólo recordar aquellos instantes de magia real.
Con mi abrazo, Aníbal.