lunes, 7 de diciembre de 2009

Poema de Eduardo Dalter




ROBERTO OBREGÓN

No alcanzó a escribir
su último poema;
sólo pudo, en la noche,
advertir
la grieta ciega que se
abría
y el dolor de todos,
que hizo suyo
a cada hora, en cada
poro.
Y hasta el viento
abismal
oyó su canto.
Otra página, otra
jornada,
extendida en zanjas,
respiros, quetzales,
pasadizos,
que los días quedaron
guardando
para siempre.

Eduardo Dalter

2 comentarios:

diana poblet dijo...

Duele este poema, Eduardo.Está bueno que duela en estos tiempos adormecidos.
Despierta, alerta, es un balazo adonde llevamos la palabra y esa herida nos queda ahí, horada y crece en otros versos.
Con mi abrazo,
d.

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

El último poema siempre existe, y nunca se consigue.
Un saludo