
sábado, 10 de septiembre de 2011
martes, 30 de agosto de 2011
Poema de Eduardo Dalter
Versos de Pere Bessó
viernes, 5 de agosto de 2011
Poema de Amelia Biagioni

Lluvia
Llueve porque te nombro y estoy triste,
porque ando tu silencio recorriendo,
y porque tanto mi esperanza insiste,
que deshojada en agua voy muriendo.
La lluvia es mi llamado que persiste
y que afuera te aguarda, padeciendo,
mientras por un camino que no existe
como una despedida estás viniendo.
La lluvia, fiel lamido, va a tu encuentro.
La lluvia, perro gris que reconoce
tu balada; la lluvia, mi recuerdo.
Iré a estrechar tu ausencia lluvia adentro,
a recibir tu olvido en largo roce:
Que mi sangre no sepa que te pierdo.
Amelia Biagioni
De: "Sonata de soledad"- 1954-
Poema de Long - Ohni

ELEGÍA PARA ERNESTO GOLDAR
Cae lluvia de muerte en Buenos Aires.
Quién sabe lloran ángeles
y mujeres perdidas
y niños desvalidos
que no saben su nombre pero advierten
que algún rayo de luz se ha congelado
en esta hora aciaga
en que Ernesto ha fugado
hacia el lecho marino de la muerte.
Mas dejó su sonrisa colgada de una encina,
su voz de fruto dulce prendido en los faroles,
su mano de mansedumbre, un temblor sobre el rostro
de todo aquel que anduvo a su costado.
Pero es inevitable:
Cae lluvia de muerte en Buenos Aires.
Nadie sabe en París ni en Estocolmo,
quizás nadie tampoco en Quitillipi
que la muy zorra muerte
se lo ha llevado con todos sus poemas
dormidos en el trazo, sobre la pura hoja
de un colegial cuaderno Rivadavia
tapa dura
y tierna la emoción y la mirada
que entre renglones camina Buenos Aires,
sus calles perfumadas de silbidos,
un corazón que esconde sus tristezas
tras árboles morosos y gorriones,
una pena tan dura y solitaria
como esas viejas calles de adoquines
que esconden la memoria de sus pasos.
Cae lluvia de muerte en Buenos Aires
y es julio acumulado en el silencio
del que ha callado y duerme
o se va, simplemente, sin despedida alguna
y a plomo como el día se coagulan
los llantos, los recuerdos
porque Ernesto está vivo y queda con nosotros
su voz de pajarito en desamparo.
Long - Ohni
jueves, 4 de agosto de 2011
Poema de Horacio C. Rossi

Los amigos...
Los amigos son una costumbre solar
la segura semilla de la flor del silencio,
el más que mejor rito de la cotidianía
la bendición perfecta por la que estamos vivos...
son la espuma del viento que celebro cantando
porque allí el transcurso del tiempo se florece
rindiendo su primicia de bienvenido abrazo
en riego imprescindible de certidumbre en mano.
los amigos son fieles aún cuando la ausencia
nos regala su turno de extrañamiento humano.
y aprendemos respeto paciente por los días
hasta que otra vez alguien nos convida a acercarnos.
se nos allega otro, con su nombre y con su historia,
y pactamos de nuevo convivir un nosotros.
y seguimos creciendo nuestro común destino
dentro un inmenso límite de lluvia entre los árboles...
¡Y qué bueno es juntar la lluvia y los amigos!
la bruma buena cuya lleganza es descansancio
como el mate aromando ante la compañía
de la absorta candela y las letras que besa la poesía...
los amigos nos dejan nombrados, sin olvido:
los de siempre, los nuevos, los a llegar mañana,
en franca y encendida fiesta honda y sincera
que nos nutre de puro milagro del misterio...
cuando el azul velero de la luz nos recoge
quedan siendo lo único que de verdad tuvimos...
Horacio. C. Rossi
Poema de Amelia Biagioni

ACORDE
OH infierno
te agradezco
la causa perdida
la tiniebla entre los dientes
las manos de humo
y esa espalda acosándome.
Te agradezco
el crepúsculo de piedra que no cesa.
Te agradezco
que existas cuando respiro.
Porque eres el recinto
donde encuentro,
retenidos por el ojo y el fuego
los nombres y las formas
de la dicha.
Oh cielo
te he buscado sin tregua sin miedo,
te he perseguido sin piedad,
universo tras universo
hasta en la piedra virgen,
en el feliz cuchillo
y en el cuervo azul
y al fin te hallé
aquí, en el pecho del vacío.
Eres la palabra asombrosa
la que sólo yo escucho
y nada más me deja oir,
la que suena y suena,y suena
y no fué ni será pronunciada.
AMELIA BIAGIONI
martes, 2 de agosto de 2011
Poema de Rubén Vela

EL CAZADOR
............................................................a César Isella
1
En la noche propicia
enciende el fuego.
Ponte el manto de guerra.
Súbete a un árbol
y acecha las palabras.
En la mano izquierda el trueno.
En la derecha, el rayo.
2
Con tu asombro más íntimo
purifica una piedra.
Arrójala a los aires.
Que descienda la piedra
con su manto de lluvia
hacia la tierra.
3
Prepara bien la flecha,
tensa el arco.
Apunta a ese silencio:
liberarás el trueno.
El trueno liberado
aún no es poesía.
Conviértelo en silencio.
Deja el arco y la flecha
y abandona la caza.
Si el silencio persiste
en el incesante trueno
habla por ese silencio,
aliméntate del trueno,
y sabrás el verdadero
nombre de las cosas.
RUBÉN VELA
lunes, 1 de agosto de 2011
Poema de Ernesto Goldar

RELEVO DE PRUEBA
Venimos de lejos, compañera, y siempre andamos cerca.
Hemos quedado repasando el techo de esta cocina clase
media,
alterada por el almuerzo de los domingos, cuando
rompemos la monotonía con algún fiambre
alemán, una lata de duraznos, helado del
congelador en el verano.
Venimos de lejos esquivando errores,
percibiendo el calor de las inhibiciones,
las reservas mentales,
la pila de palabras que irrevocablemente deben
transferirnos el relato de las trivialidades.
Son muchos los días, compañera, estirados sobre el
permiso de los años,
infinitos también los temas de conversación,
renovadas las motivaciones, los proyectos (tan pálidos los
míos)
que justifiquen levantar este horizonte de tiempo
sistemáticamente duplicado
por la forma de tu voz que tiembla
y el invento que sigo en la mañana para decirte un
invariable apelativo confortante.
No vamos a caer en los recuerdos porque a esta altura
está todo confundido,
menos en las preguntas indiciarias sobre si las cosas
volverían a darse,
aún en la interrogación precisa acerca de cuánto nos
queda todavía.
No hacer memoria entonces,
pensar en los días que se trasmiten como sensaciones,
en el tiempo que aguarda para darnos oportunidades,
conforme a la débil seguridad que otorgan las
palabras usadas siempre como privilegiada
comunicación de dioses.
No sé, compañera, si es amistad lo que se llama amor en
estos casos,
pero sí así fuese, amiga mía, nos faltan innumerables
paseos matinales,
ejercicios de idioma, libros a descubrir, una ventana
incierta que da al río,
alguna callecita para treparla lentamente de la mano
como escolares procelosos.
ERNESTO GOLDAR
sábado, 16 de julio de 2011
Poema de Martín Andrade

La que besaba mis párpados y ardió
junto a mí la mitad de su vida,
Me fue robada por la Luz un viernes
De enero a las tres de la tarde y,
Última su sonrisa, última su mirada,
Cayeron los muros de mi mente
Separada que fue de su cuerpo
Ahora camino soliario. Me detengo.
Atrás he visto
Los crueles destellos de ese verano.
De frente, veo
La tentadora boca
Del abismo.
(¿Hacia dónde dirigir mis pasos?)
MARTÍN ANDRADE
domingo, 3 de julio de 2011
Poema de Nicanor Parra

Manifiesto
Señoras y señores
Ésta es nuestra última palabra.
¿Nuestra primera y última palabra?
Los poetas bajaron del Olimpo.
Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.
A diferencia de nuestros mayores
¿Y esto lo digo con todo respeto?
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.
Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.
Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.
Éste es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
¿Y esto lo digo con mucho respeto?
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.
Nosotros repudiamos
La poesía de gafas obscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda.
No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.
Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y se dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es una cosa:
Que no fueron poetas populares,
Fueron unos reverendos poetas burgueses.
Hay que decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria.
Aceptemos que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano,
Tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
«Libertad absoluta de expresión».
Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué escribirían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.
¡Qué lo van a asustar con poesías!
La situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Éste es nuestro mensaje,
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos.
Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
?Y esto sí que lo digo con respeto?
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso.
Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
¿Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos?
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.
NICANOR PARRA
miércoles, 15 de junio de 2011
Poema de Daniel Montoly

Retorno del pájaro
A Ken Saro Wiwa
Poeta de angosturas áridas
donde pastan las cabras celestiales;
hijo de un pueblo
con pagodas negras en las cabezas
y danzas tristes
en las nalgas de los dioses.
Te erguiste como un pájaro en la garganta
del transnacional crepúsculo
que aprisionaba las lenguas
zurciéndolas al infortunio de las botas.
¿Quién iba a pensar
que tus versos
despertarían la ira de la niebla?
Vinieron de los cuatro costados
sobrevolando la era como avispas atómicas,
te enjuiciaron,
y tu sentencia fue ser difunto
con los labios orbitando en las oscuridades.
Los airados corceles del viento
cargaron con tus osamentas a las cúspides
y las ocultaron en las gotas del rocío
para lavar tu dignidad
que goteaba en los montes silenciosos.
Poeta tan negro como las alas de la noche
dime cómo investir las palabras
para que anden silvestres por los espacios
enrejados con miserias existenciales,
por qué el grito hondero de la edad nocturna
coagula las voces de la lluvia
y cuaja los corazones de los hombres
con lutos de semen muerto .
Vuelve tus osamentas al presente,
tráenos la juventud de la poesía de vuelta
para poder saciar esta espera interminable
que transformó las médulas del alba
en piedras convulsas,
y la miseria en una prostituta piadosa
para cualquier costilla con la edad de la inocencia.
Daniel Montoly
domingo, 5 de junio de 2011
Poema de Susana Fernández Sachaos

Pájaro de fuego
Hay un clamor rojo en el aire.
Un pájaro de fuego cruza
a ras del agua.
He visto llamear la lejanía,
la tengo en la mirada.
Con otro ánimo, con otra espera,
se repite ese fulgor.
Una dicha existía y ahora vuelven
esas alas rojas que son mías
y del ave de fuego.
Somos dos y uno en el poema.
Lejos quedó una tierra quemada
por el infierno de los hombres,
a la que no volveremos;
porque somos el ave y yo,
fugitivos de esa tierra.
Porque somos las alas y el fuego,
y el intento de un poema
que sólo arda en la belleza.
SUSANA FERNÁNDEZ SACHAOS
miércoles, 25 de mayo de 2011
Poema de Marta Zabaleta
lunes, 16 de mayo de 2011
Poema de Gabriela Botbol

cabos sueltos - en 'un buen día aparecieron los kiwis' (work in progress) -
'hay un arquetipo de personaje atormentado que es incorregible: cuando encuentra cabos sueltos quiere atarlos, pero cuando distingue un nudo, inmediatamente pretende desatarlo.'
david mamet
I
las zapatillas baratas venían
invariablemente con cordones
tan largos/tan cortitos
que
nudo o moño
eran imposibles
II
coser te calma, coser es laxo
–coser y cantar- te dicen
eso sí al final atá bien la costura
o podrías llegar a perder
los puntos
III
las rederas hacen redes que
los pescadores
llevan al mar
en un telar
las hilanderas
primero cardan madejas
IV
un cinturón de seguridad
tiene dos segmentos
que se abrochan
(es fácil engañar a las azafatas)
no asegura ningún ruedo
cualquier pespunte
un hilván sin anudar
(las puntadas sin hilo son las más difíciles)
V
seguro que aprendiste rápido
a atarte los cordones
a hacerte el nudo de la corbata
en cambio yo no
y por eso ahora me gusta mucho
dejar todo bien atado
Gabriela Botbol
domingo, 15 de mayo de 2011
Poema de Diana Poblet - Palabra en el Mundo 2011

2011
V Festival Internacional Palabra en el Mundo, V International FestivalWord in the World
V Parole dans le Monde
19 al 24 de mayo del 2011
30 Países/30 Countries, más de 500 ciudades
Démosle una oportunidad a la paz
FREDERICON, NEW BRUNSWICK, CANADA
14 de mayo 2011 – May 14, 2011
2pm to 4pm / 14hs a 16hs
RECITAL MULTILINGE Y MULTICULTURAL. MULTICULTURAL-MULTILINGUAL POETRY READING
Biblioteca Pública y sobre el puente del Río Saint John –
Public Library and on the Bridge of the St. John River
DIANA POBLET
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Argentina
Positivas Negaciones
Uno cree haber visto todo
Y no
Uno cree que ha sido todo
Y no
Uno cree que aprendió todo
Y no
Uno cree caminar hacia la muerte.
Y no.
Porque siempre
fue la vida
aquel balcón
con vista al infinito.
domingo, 1 de mayo de 2011
Poemas de Raúl O. Artola

construcción del día (IV)
Es temprano
y esculpo una manzana
en la cocina.
La escasa luz
de invierno
empieza a filtrar
por la ventana
sus lentos pinceles.
La manzana
puede ser pez
magnolia
cerebro
granada
pero es el alba
y sería mejor
que el barrio
siga descansando.
Me como
la granada
antes
de que estalle.
sorpresa
A la noche
al terminar de comer
repasamos la mesa
queda todo limpio.
Por la mañana
siempre aparecen
miguitas
que no habíamos visto.
dao rojo fuego
Uno mira el cuadro
se conmueve, lo comenta
y dice: esta mujer es feliz
no pueden faltarle hombre,
mujer, vecinos, hijos
que la amen.
Uno mira el cuadro
y le dan ganas de llorar
por uno mismo.
Después nos enteramos
que la autora ha pasado
malos tiempos:
estuvo internada
toma barbitúricos
y nadie la cuida.
salón de té
Hay lágrimas que se secan
en el aire
y sonrisas que marcan
rictus de bronce.
El que mira
supone una pena fugaz
y la dura felicidad
de cada uno.
Ninguno acierta.
El que lloró
no sabe que soñaba
una escena del cine.
La que sonríe
dibujaba flores
con su dedo
en el mantel.
El que mira
buscaba motivos
para salir
de sí
mismo.
ensueño
De pronto la vi
a miles de kilómetros
doblada
con las rodillas
en sus pechos
gozada y gozosa
bella e inquieta
a miles de kilómetros
con un pañuelo
en la boca la vi
para que sus padres
no la escucharan
gemir.
perfil
El que mira percutir al hombre
su teclado
no sabe nada.
Ve los movimientos de los dedos
y los brazos
la espalda algo encorvada
anteojos que resbalan
por la pendiente de la nariz
algún sudor.
El que mira controla su reloj
y el tiempo pasa
igual que siempre
hasta un poco más lentamente.
El hombre que percute las teclas
no advierte la figura
que forma
ni le importan el sudor
o el cansancio.
Su tiempo no existe
en los términos corrientes.
El hombre que teclea sin cesar
no sabe nada más
que lo que hace
debe hacerse.
Y termina feliz su jornada
nunca satisfecho.
fabla viril
a María Teresa Andruetto
Pasolini me ha hecho leer y yo lo quiero
como al padre que nos señalaba la página perfecta
los canales venecianos y el capitel corintio
la belleza de la rama de glicinas
que cae sobre el muro y evocamos
una mañana neblinosa al ir a clase
sin saber la lección
las manos ateridas y los pies mudos
sobre las baldosas húmedas, desparejas.
Me hace leer Pasolini esa página
y yo le agradezco en silencio
acompañado por su sombra
y su mirada de padre que no quiso ser patrón
pero voló por olímpicas alturas.
Me contagia un ensalmo envolvente
para soportar el recuerdo
de aquellas mañanas impiadosas
y los atardeceres turbios
de regreso a la casa del amor arrinconado.
Y Pasolini no estaba todavía
para decirme: muchacho,
esto pasará, ya tendrás
tus horas de sueño y de vigilia ensoñada,
aguanta el invierno de la infancia,
yo te miro y a mi modo te cuido.
Y aunque no lo dijera aún
yo oía su voz en otras bocas,
en el aire adverso
se abría un canal amistoso
con el piano que me devolvía
una paz ignorada,
rescoldo que siento en mi pecho
tantos años después.
homo digitalis
...el cuerpo es el lugar de la soledad.
Cristina Peri Rossi
Experimenta con su cuerpo
las sospechas del mundo:
el deseo es una ley
que no puede cumplirse
bajo las prerrogativas
del amor.
De sal es el espejo
que se quiebra
ante la mirada
del deseante.
El deseado no existe
con forma humana
distinta del deseante.
El principio de identidad
anula el efecto de la acción
que no alcanza
el carácter transitivo
(el ego es una materia inflamable
que se consume
sin dejar rastros).
Desea el que no obra
para engendrar la peste.
Ya no desea
el que experimenta
con su cuerpo
la soledad del mundo.
El deseo es una ley
que no puede cumplirse
contra las prerrogativas
del amor.
la habana, 1958
Chucho Valdés le afinaba
el piano a mi abuela
cuando vivíamos en el malecón
y ella regenteaba un burdel.
Mi abuela le decía
negro buaié
y lo esperaba días y días
prendiéndole velas
al Santo de los Negros Afinadores.
Lo atendía con café y canela
mientras Chucho le afinaba
el instrumento.
Así aprendió a tocar
el piano.
Mi abuela creyó que era
un desperdicio
que negro tan lindo y hábil
sólo usara el clavijero
como parte de su trabajo
y no por puro placer.
Entonces le permitió
que deslizara sus dedos
por todo el encordado.
Era una maravilla
cómo sonaban las cuerdas
del piano de mi abuela
en las manos
de Chucho Valdés
practicando.
landscape
En la pintura
se ve una gris
casa de leños,
antigua y sólida,
en medio del bosque.
Parece confortable,
un edén posible
para hacer la vida
libre y volátil
de la imaginación,
siembras y cosechas,
amores y comidas.
De pronto, el cuadro
se abre ante nosotros,
nos devora
y dentro encontramos
moho, alimañas,
tabiques vencidos
y un acre olor
a leños húmedos.
Vive gente allí
que se recela
y duermen
con un ojo abierto
y la mano
en el hacha.
(de [teclados], el suri porfiado, 2010)
Raúl Orlando Artola vive en Viedma, Río Negro. Es periodista, narrador, poeta, docente y editor. Publicó en poesía: Antes que nada (1987), Aguas de socorro (1993), Croquis de un tatami (Premio Madres de Plaza de Mayo, 2002) y [teclados] (2010). En narrativa, El candidato y otros cuentos, premiado en el XXIII Encuentro de Escritores Patagónicos de Puerto Madryn, apareció en 2006.
Compiló Poesía/Río Negro - Antología Consultada y Comentada. Volumen I (Fondo Editorial Rionegrino, 2007), que reúne a 23 autores. El segundo volumen, que incluye a 21 poetas jóvenes, está en preparación.
Dirigió la revista-libro “El Camarote – Arte y cultura desde la Patagonia” entre 2004 y 2009.
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