sábado, 13 de marzo de 2010

Poema de Graciela Wencelblat




La noche se quita sus medias

la luna sus anteojos

finalmente estamos desnudos

frente al mar mientras

no se detienen momentos

ni la música en el interior del

sonido.

Suena el tigre y el grito del sauce

acaricia la ciudad

nada es fácil cuando se adeuda

a uno mismo

los brazos y el calor que tapen

ausencias.

Esos tiempos cuando el alba se endulzaba
en el azul y la fuerza de vivir

se desmayaba en los árboles.

Recuerdos que perdieron ritmo

y dejaron temblor en la boca .


Ahora los sueños se ocultan

cada vez más ajena

parches en la memoria tropiezan

y sólo hay un montón de palabras

que no dicen nada.



Graciela Wencelblat

1 comentario:

diana poblet dijo...

Oiga usted Miss Grace: esto está hermoso.
Es un tobogán de palabras que deslizan ojos, con ese mismo frenesí.

Con mi abrazo.
d.